Inaugurado el parque Manuela Braos por su trayectoria y compromiso social

El Ayuntamiento ha reconocido hoy la trayectoria social y el compromiso con los más vulnerables de Manuela Braos, inaugurando un parque en su nombre, junto a la Calle Marqués del Duero.

Desde el Consistorio se destaca de Manoli, como la conocían sus familiares y amigos, que dejó una huella imborrable en todos aquellos a los prestó su ayuda, con su labor en Cáritas Parroquial, al igual que en los 40 años que estuvo ejerciendo la docencia. Un ejemplo de vida, de generosidad y de dedicación a la comunidad. Con este acto, de alguna forma se le devuelve todo lo que hizo por San Pedro Alcántara, con el deseo de que su memoria perdure para siempre.

Durante este emotivo momento vivido junto a familiares y amigos, se ha recordado cómo Manuela Braos se afincó, junto a su marido José Torres Acevedo, en la sampedreña Calle Córdoba a principios de los años 70. Tras un paréntesis en otro destino, regresó a municipio en el año 79, donde durante 28 años fue profesora en los centros educativos CEIP Pablo Ruiz Picasso, CEIP Miguel Hernández e Instituto Salduba, en el que finalmente se jubiló.

Por su parte, una hija de la homenajeada, Remedios Torres, quien ha agradecido el gesto que ha tenido el Ayuntamiento en nombre del resto de los familiares, ha señalado que Manuela Braos fue “una magnífica profesora y, por encima de todas las cosas, una buena persona”. Estamos muy orgullosos de todas las facetas de su vida pero más aun de su dedicación a los más necesitados”, ha apuntado, al tiempo que ha remarcado que “la mayor enseñanza” que ha dejado a los suyos “es servir de ejemplo con sus actos”. Asimismo, ha indicado que “nos sentimos muy reconfortados porque aunque su recuerdo siempre está en nuestro corazón, desde hoy también estará en una de las plazas de nuestro pueblo”.

En el acto han participado igualmente el párroco de la iglesia de San Pedro de Alcántara, Francisco Javier Sánchez-Cano, quien ha rememorado que la homenajeada “entendió su vida como un servicio”, subrayando que “siempre estuvo preocupada por buscar la mejor manera de ayudar desde Cáritas Parroquial”.

Por último, una de sus antiguas alumnas, Nuria Canseco, ha compartido con los asistentes que “hizo de la escuela un hogar”, a lo que ha añadido que “en su compromiso hacia nuestra formación no se conformó con la exigencia de los conocimientos, sino que nos enseñó los valores que inundaban su vida y que siempre nos acompañarán: ser buenas personas y sensibles al dolor ajeno”.